miércoles, 18 de julio de 2012

Cincuenta Tonos de Cincuenta


Romantico
Generoso
Filántropo
Volador
Indulgente
Controlador

Infunde Miedo
Pervertido
Toca el piano
Culto
Vainilla

Bailador
Risueño
Tímido
Acechador
Adolescente

Enojado
Lloroso
Roto
Megalómano
Sumiso

Seductor
Sexperto
CEO
Flechado
Borracho

Chico Malo
Excitado
Feliz
Triste
Torturado

Perplejo
Frustrado
Vengativo
Frío
Juguetón

Dominante
Maduro
Dolido
Enigmático
Consentidor

Pulcro
Ordenado
Extravagante
Detallista
Considerado

Inseguro
Sexy
Gentil
Duro

lunes, 16 de julio de 2012

My Fifty

If this is not Fifty, then I don't know who is…


















Arquetipos, inconsciente colectivo y Christian Grey


Del inconsciente colectivo vienen los arquetipos: imágenes y modelos que conforman nuestra personalidad y nuestra visión del mundo, y hay quienes se identifican con Don Quijote por sus pretensiones altruistas (Ignacio Solares).

Carl Gustav Jung nos dice que los arquetipos son todas esas imágenes que pertenecen a las religiones, los mitos y las leyendas y que se manifiestan en nosotros a través del sueño y las fantasías. Tienen, en general, un motivo universal. Es decir, podemos encontrar las mismas imágenes en diferentes culturas. Son imágenes ancestrales autónomas, es decir, su significado nace en la imagen misma. Jung nos dice que no heredamos las imágenes o las representaciones, sino más bien las posibilidades.

Además, Jung nos dice que estas imágenes no tienen origen en la conciencia individual sino que son fenómenos universales. Son símbolos, por lo cual el carácter de universalidad.

Existe una amplia variedad de arquetipos existentes: el nacimiento, la muerte, dios, el viejo sabio, el padre, la madre, el héroe.

A nivel personal, los arquetipos se manifiestan a través de nuestros complejos. A nivel colectivo, se manifiestan como características de todas las culturas. Jung invitaba a cada generación a comprender de forma diferente su contenido y sus efectos.

Lo que sugiere que los arquetipos efectivamente son autónomos: tienen vida propia: evolucionan de acuerdo con la evolución de la raza humana. Lo que para la generación de 1950 era el arquetipo del héroe, en el 2012 evoluciona y cambia, ya no es superman, ahora está vestido con un traje gris y maneja un Audi R8.

El inconsciente colectivo es un concepto básico en psicología y psiquiatría que establece que existe un lenguaje común a los seres de todas los espacios y tiempos del mundo, y es constituido por símbolos primitivos con los que se expresa un contenido o parte de la psique que está más allá de la razón.

En 1940, cuando Estados Unidos se estaba recuperando de la Gran Depresión y acababa de entrar en la Segunda Guerra Mundial, nació el Capitán America, primer súper héroe en la serie de Los Vengadores. Disfrazado con la bandera del país y una fuerza súper humana, Capitán America iba a ayudar a Estados Unidos en sus esfuerzos militares contra el Tercer Reich y el Fascismo. En el 2007, y desde su primera publicación, se han vendido más de 210 millones de copias del cómic. Lo siguieron otros súper héroes: Superman, Batman, El Hombre Araña, para mencionar algunos. Todos con poderes más allá de la humanidad.

En 2012 tenemos a otro tipo de héroe. Hemos evolucionado. A pesar de que nos encanta ir al cine a ver las películas, sabemos que no es posible un hombre que vuela, que viene de otro planeta, que tiene vista biónica. Y con todo eso, quedamos fascinados.

Hoy, leemos sobre vampiros y en lo más profundo de nuestra psique, existe el anhelo de que uno de ellos, tan fuerte e invencible, guapo y culto como Edward, nos venga a rescatar. Sin embargo, también sabemos que no existen.

Y entonces nos llega el último héroe. No tiene poderes más allá de lo humano, no puede leer nuestra mente, no tiene una fuerza bruta. Puede volar, aunque no sin un helicóptero o un planeador. Es dueño de su propio Universo, pero ese universo se limita, su alcance no es tan infinito. Está fallado, no es perfecto, a pesar de la máscara de perfección. Es una madeja  de contradicciones. Posee belleza física perfecta y al mismo tiempo se detesta; tiene control absoluto sobre su cuerpo, es grácil y ágil, pero no soporta que lo toquen; domina sus tonos de voz y es capaz de conseguir todo lo que quiere, cuando lo quiere y como lo quiere, y sin embargo es perfectamente inseguro de sí mismo; es dominante y al mismo tiempo sumiso; quiere someter a su amante y termina siendo él, el sometido. Ese es nuestro héroe de hoy. Ese es Christian Grey: cincuenta sombras jodidas.

¿Será que E L James descubrió un arquetipo nuevo? Christian Grey nos toca desde la superficie, alborotando nuestro cuerpo, creando mariposas en nuestros estómagos, subiendo nuestra temperatura. Y nos toca en lo más profundo: le habla a nuestro inconsciente personal. Ese lugar donde se alojan nuestros complejos: despierta la posibilidad como bien lo dijo Jung, la posibilidad de la protección, seguridad, control, obediencia y sumisión (Bustos, 2012). No despierta un anhelo, ni siquiera una necesidad oscura, inconsciente. No, le abre la puerta a las posibilidades. Y por eso no nos podemos mantener alejadas y por eso nos afecta tanto. Porque en la posibilidad se nos abren las opciones, nuestros limites y limitaciones se vuelven ilimitadas, las fronteras se borran, entramos al mundo de la fantasía con el permiso del inconsciente colectivo. Porque Christian Grey habita ahí, en las mentes de todas nosotras abriendo la posibilidad de sentirnos vivas, tocadas, deseadas…

viernes, 13 de julio de 2012

My life in pictures...

Silver Balls

Audi R8 Spyder (His)

Anastasia's outfit

Anastasia's Outfit

Charlie Tango

Escala

Audi R8 Spyder (Hers)

GEH Jet

Escala Floor Plan

Bollinger

Christian Louboutin Grey Pumps

Escala

Glider

The Tie

The Heathman Suite

Red Room of Pain

Jasmine Bath Oil

Favoritos

La entrada de hoy: Nuestras frases favoritas de Christian (perdón que son en inglés).


1. Because I can.
2. I'd like to bite that lip.
3. Fuck the paperwork.
4. What am I going to do with you?
5. Laters, baby.
6. First, I don't make love. I fuck…hard.
7. Come for me, baby.
8. Sooners rather than laters.
9. We aim to please. 
10. Because I'm fifty shades of fucked up.
11. You've had six orgasms so far, and all of them belong to me. 

viernes, 6 de julio de 2012

Tonos de Grey: La música y Christian (spoiler alert!!)

Tonos de Grey: La música y Christian (spoiler alert!!): Hay un personaje muy importante en nuestra historia. No será la primera vez que un “objeto” sea un protagonista especial en un rel...

La música y Christian (spoiler alert!!)


Hay un personaje muy importante en nuestra historia. No será la primera vez que un “objeto” sea un protagonista especial en un relato. En la serie de HBO Sex and the City la ciudad de Nueva York era la quinta personaje, tan importante como Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda.

En el caso de Fifty Shades, la música juega un papel que no pasa desapercibido. De hecho, en la página de la autora hay una sección en donde podemos encontrar toda la música que escuchan nuestros protagonistas.

En el segundo libro, nos dicen que Christian, cuando fue adoptado por Grace y Carrick no hablaba. Se encontraba completamente volcado en sí mismo, y lo peor, no dejaba que lo tocaran. Fue gracias a que empezó a tomar clases de piano y la llegada de Mia su hermana que comenzó a salir de su concha. Claro está que la música es para él un lenguaje que le habla a su alma.

El repertorio de música en el iPod de Christian nos dice mucho de quien es. Sex on Fire de Kings of Leon, I’m on Fire de Springsteen, para nombrar algunas. Pero es la música clásica la que más cautiva. Yo, por supuesto, terminando de leer el primer libro descargué todas las canciones que vienen en la lista de la autora y llevé a cabo un experimento. Me puse a leer de nuevo el primer libro y junto a mi libro, estaba puesto mi iPod, a todo volumen tocando cada una de las piezas que Christian toca en el piano y las que pone en el Red Room of Pain. La lectura no es la misma. De pronto, parece que estás metida en un cine con efectos 3D. La música nos da mucho más fondo. Podemos entender los ritmos que mueven a este hombre, que lo suben a lo más alto del arrecife y que permiten que Anastasia suba a los cielos y descienda por el precipicio (sus palabras).

Y ni hablar del iPad que le regala a Anastasia en el libro dos. Olvídense de las aplicaciones con las que viene (yo también hubiera estado feliz con la biblioteca inglesa), es la lista de música que dice las palabras que ella quiere escuchar y que él no es capaz de decir: sólo se las puede decir a través de la música. ¡Y qué música! Las palabras de él (que finalmente si logra expresar) pueden salir sobrando. A mí que me hable a través de estas canciones.

Christian se expresa a través del cuerpo y a través de la música. El control que Christian ejerce en todo su mundo incluye su cuerpo: no nada más es gracioso (graceful), sabe en que momento gritar, sabe en que momento susurrar, cuando ser cálido, cuando ser frío. Su maestría sobre el piano le permite tener maestría sobre la música que el crea con su cuerpo. Como todo lo que hace (menos cocinar), lo hace perfecto, inclusive hace el amor al ritmo de Bach, de Tallis y Chopin. Para quienes la música clásica no figura en sus listas de reproducción, las invito a que lo prueben. Pónganse el antifaz, prendan el iPod lo más alto que puedan y escuchen y suéltense a la imaginación. Dejen que el sentido del oído se afine y se entone. Estar en el presente, en el aquí y el ahora también es tener todos los sentidos accesibles a la conciencia. Con el gusto se complican un poco las cosas, a menos que tengamos un litro de helado de vainilla con nosotros mientras leemos. Lo mismo con el olfato. Sólo existe en nuestra imaginación. Por lo tanto, a poner en ON los oídos.

Pocas cosas tan sexys como Christian, sentado en su piano, usando solamente el pantalón de la pijama que le cuelga de la cintura, revelando su abdomen bien marcado y el oh so happy trail, tocando música triste. Este es un hombre que en la superficie parece ser perfecto. Su elección musical nos revela la profunda tristeza que siente, su melancolía, su conmoción interna. Con la música que toca, Christian nos enseña que tan roto está por dentro, dista de ser perfecto y por eso lo queremos tanto: lo queremos rescatar, lo queremos remendar, reparar, sanar y protegerlo de sí mismo. Queremos que no pare de tocar. Es como mejor entra en contacto con su entorno y a través de su música, podemos contactar con él. Es de lo que se trata: el contacto, pues es en el contacto en donde encontramos la novedad y en la novedad podemos estar presente. Christian se sienta al piano y canta, “Wherever you will go” (hay dos versiones buenísimas, la original de The Calling y la que la autora sugiere interpretada por Charlene Soraia) y nosotras estamos dispuestas a seguirlo a donde sea, y como sea.

La música es otro tono más de gris, otro tono más de Grey.

Prensa

Si quiren seguir leyendo sobre el libro, aquí les dejo links.

Al rato, otra entrada…

Laters, Baby!

http://www.antena3.com/noticias/cultura/trilogia-erotica-exito-ventas-eeuu-llega-este-verano-espana_2012032000041.html

http://mujer.latercera.com/2012/05/13/01/contenido/43_3544_9.shtml

http://fanfiction-addiction.blogspot.mx/2012/03/el-james-y-el-caso-de-fan-fiction.html

miércoles, 4 de julio de 2012

La reunión del Club

Ayer, un grupo de amigas nos juntamos para la primera reunión del Fifity Shades Book Club de Puebla. La idea era pasar un rato platicando del libro y comentar algunas preguntas y así poder compartir nuestra experiencia cuando leímos el primer libro (nos limitamos al primer libro porque sólamente tres de las ocho hemos completado la trilogía). Sacamos unas conlcusiones muy interesantes, estuvimos de acuerdo en varios puntos y en otros no tanto. 

Y entre acuerdos y desacuerdos, risas y chacoteo, lo que yo más rescato de esto es que el libro, esté bien redactado o no, sea un trabajo de ficción sencillo (no se lee porque es una obra maestra), sea superficial o no, nos shoquee, nos alarme, nos frustre (porque no hay hombres como Christian), nos enseñe o no, el libro fue capaz de juntarnos para hablar del tema de la sexualidad sin tener que susurrarlo, sin tener que avergonzarnos ni sentirnos "mal" por hacerlo. Nos permite ser mujeres, con mujeres. 

Aquí va un pequeño resumen…(Para quienes leyeron el libro en español, disculpen que cito en inglés, pero yo lo leí así y me gusta más como suenan algunas cosas que se dicen en el libro en inglés). 

Para poderlo discutir con un orden relativo, utilizamos unas preguntas como guía (que saqué de alguna página de internet). Descubrimos lo siguiente…

De las cosas que dice Christian en el libro, una de las frases favoritas es "Because I can", y en segundo lugar, "We aim to please", terminando en tercero el ya famoso, "Laters, Baby". 

Para la mayoría de nosotras, lo que más nos shoqueó y ofendió del libro fue el final, cuando Christian le pega a Ana con un cinturón (para quienes no han leído el libro o no han llegado a esa parte, que me disculpen por los spoilers).  Yo en lo personal siento que Ana se lo buscó y entiendo como a algunas de mis amigas les molesta que piense así. Finalmente, ninguna de nosotras estamos en una relación Dominante/Sumisa y la idea de que nos golpeen va en contra de todo lo que somos. Pero en el libro si es un punto importante. Anastasia no ha firmado ningún contrato, fue advertida que si no seguía las reglas se le iba a castigar, se le proporcionó un palabra de seguridad para ser utilizada cuando ella sintiera que ya no podía más, y Christian todavía no se da cuenta que la ama y que no quiere lastimarla. Pero el hecho es que Anastasia le pide a Christian que le enseñe que tan grave puede llegar a ser el castigo. 

—Enséñamelo —le susurro. —¿El qué?
—Enséñame cuánto puede doler. —¿Qué?

—Castígame. Quiero saber lo malo que puede llegar a ser. Christian se aparta de mí, completamente confundido. —¿Lo intentarías?
—Sí. Te dije que lo haría.

Pero mi motivo es otro. Si hago esto por él, quizá me deje tocarlo.
Me mira extrañado.
—Ana, me confundes.
—Yo también estoy confundida. Intento entender todo esto. Así sabremos los dos,

de una vez por todas, si puedo seguir con esto o no. Si yo puedo, quizá tú...
Mis propias palabras me traicionan y él me mira espantado. Sabe que me refiero a lo

de tocarlo. Por un instante, parece consternado, pero entonces asoma a su rostro una expresión resuelta, frunce los ojos y me mira especulativo, como sopesando las alternativas.
De repente me agarra con fuerza por el brazo, da media vuelta, me saca del salón y me lleva arriba, al cuarto de juegos. Placer y dolor, premio y castigo... sus palabras de hace ya tanto tiempo resuenan en mi cabeza.
—Te voy a enseñar lo malo que puede llegar a ser y así te decides. —Se detiene junto a la puerta—. ¿Estás preparada para esto?
Asiento, decidida, y me siento algo mareada y débil al tiempo que palidezco.
Abre la puerta y, sin soltarme el brazo, coge lo que parece un cinturón del colgador de al lado de la puerta, antes de llevarme al banco de cuero rojo del fondo de la habitación.
—Inclínate sobre el banco —me susurra.
Vale. Puedo con esto. Me inclino sobre el cuero suave y mullido. Me ha dejado quedarme con el albornoz puesto. En algún rincón silencioso de mi cerebro, estoy vagamente sorprendida de que no me lo haya hecho quitar. Maldita sea, esto me va a doler, lo sé.
—Estamos aquí porque tú has accedido, Anastasia. Además, has huido de mí. Te voy a pegar seis veces y tú vas a contarlas conmigo.
¿Por qué no lo hace ya de una vez? Siempre tiene que montar el numerito cuando me castiga. Pongo los ojos en blanco, consciente de que no me ve.
Levanta el bajo del albornoz y, no sé bien por qué, eso me resulta más íntimo que ir desnuda. Me acaricia el trasero suavemente, pasando la mano caliente por ambas nalgas hasta el principio de los muslos.
—Hago esto para que recuerdes que no debes huir de mí, y, por excitante que sea, no quiero que vuelvas a hacerlo nunca más —susurra.
Soy consciente de la paradoja. Yo corría para evitar esto. Si me hubiera abierto los
brazos, habría corrido hacia él, no habría huido de él.
—Además, me has puesto los ojos en blanco. Sabes lo que pienso de eso.
De pronto ha desaparecido ese temor nervioso y crispado de su voz. Él ha vuelto de

dondequiera que estuviese. Lo noto en su tono, en la forma en que me apoya los dedos en la espalda, sujetándome, y la atmósfera de la habitación cambia por completo.
Cierro los ojos y me preparo para el golpe. Llega con fuerza, en todo el trasero, y la dentellada del cinturón es tan terrible como temía. Grito sin querer y tomo una bocanada enorme de aire.
—¡Cuenta, Anastasia! —me ordena.
—¡Uno! —le grito, y suena como un improperio.
Me vuelve a pegar y el dolor me resuena pulsátil por toda la marca del cinturón.

Santo Dios... esto duele. —¡Dos! —chillo.
Me hace bien chillar.
Su respiración es agitada y entrecortada, la mía es casi inexistente; busco desesperadamente en mi psique alguna fuerza interna. El cinturón se me clava de nuevo en la carne.
—¡Tres!
Se me saltan las lágrimas. Dios, esto es peor de lo que pensaba, mucho peor que los azotes. No se está cortando nada.
—¡Cuatro! —grito cuando el cinturón se me vuelve a clavar en las nalgas. Las lágrimas ya me corren por la cara. No quiero llorar. Me enfurece estar llorando. Christian me vuelve a pegar.
—¡Cinco! —Mi voz es un sollozo ahogado, estrangulado, y en este momento creo que lo odio. Uno más, puedo aguantar uno más. Siento que el trasero me arde.
—¡Seis! —susurro cuando vuelvo a sentir ese dolor espantoso, y lo oigo soltar el cinturón a mi espalda, y me estrecha en sus brazos, sin aliento, todo compasión... y yo no quiero saber nada de él—. Suéltame... no… 


Ana quería saber que tan grave podía llegar a ser, él le enseñó. Finalmente, "We aim to please". Christian es quien es, y en ningún momento le esconde nada a Anastasia. Y aunque no ha firmado nada, Anastasia estaba advertida. Por supuesto que esta golpiza es diferente a las demás. En las demás, Anastasia se siente excitada por lo que está haciendo. Pero tenía que pasar algo dramático al final del libro para mantener el suspenso y continuar con el segundo.

Otro tema interesante que discutimos fue si durante la lectura sentíamos una inclinación hacia Ana o si esa inclinación era más hacia Christian. En otras palabras, con quien nos alíabamos más. Aquí, las respuestas estuvieron divididas de manera casi pareja. Unas de nosotras preferíamos el lado de Christian mientras otras preferían a Ana.

En conclusión, pasamos un rato divertido, nos reímos y platicamos hasta las largas horas de la noche. Fue todo un éxito y hasta la autora nos respondió a un twitt que le mandamos. Nos volveremos a juntar cuando la mayoría haya terminado el segundo libro.


El pan para los "subs"
El pastel

El mensaje de la autora del libro

Pasta "a le vongole"